Los meses de abril y mayo son sinónimos de primavera, de floración, de luz, de inestabilidad meteorológica, aunque prima el buen tiempo, y de una fiesta muy especial para los más pequeños de la casa, la celebración de su primera comunión.
En 2020 no se pudieron celebrar porque tocaba quedarse en casa para contener la COVID19, pero para este 2021, parroquias y colegios católicos anunciaban en otoño las fechas de celebración para cada niño, entre mediados de abril y durante todo el mes de mayo. Eso sí, dando a los padres y madres la posibilidad de retrasarla a septiembre u octubre, dependiendo de la evolución de la pandemia.
