Sol, playa, una hamaca y un buen libro. Los cuatro ingredientes para la receta de la felicidad de este verano. Los libros de amor, al igual que las bicicletas, son para el verano, para leerlos con tiempo, disfrutando cada página, sumergiéndote en las historias de cada uno de sus protagonistas e ilusionándote con sus finales felices.
Cada novela es una aventura y si es de amor… pues ya la historia es perfecta porque te lleva a adentrarte en vivencias que como bien dice el dicho “parecen de película”, o de libro.