La lluvia de la tarde del 19 de octubre de 2018 no impidió a nuestros novios disfrutar de su gran día, en una ceremonia preciosa y muy tierna
Tras unos meses de preparativos muy ilusionantes, cristal y velas para el jardín, el momento de luz perfecto para las fotografías, la música, el jardín precioso de la Finca Paloverde de Alhaurín de la Torre… pero llegado el día más especial de sus vidas, la lluvia no quiso perderse el enlace de Estefanía y Víctor.
Siempre se piensa en lo complicado que es para una novia que llueva el día de su boda, sin embargo, Estefanía nos cuenta que “no podía evitar sonreír, no me importaba. Me llamaron de la finca estando en el hotel con la maquilladora y llovía bastante fuerte, me dijeron que cambiábamos de planes, no se podría hacer en el jardín, pero yo estaba en una nube y no dejaba de mirar mi vestido y pensar en Víctor y en lo emocionante que era ese día con sol o sin él”.
Ella tenía una idea clara del vestido de novia que quería “algo liso y sencillo en la falda y un escote pronunciado pero elegante”. Nos cuenta que “siempre había oído que todo cambia cuando empiezas a probarte vestidos” y en su caso así fue. Estefanía eligió el modelo Batista de Valerio Luna, un maravilloso vestido de encaje. Todavía recuerda que “no me había convencido ningún vestido, con todos me veía guapa, pero ninguno me llenaba, quería un vestido distinto a los que llevan todas las novias, y de repente Susana de la tienda de Valerio Luna de Málaga me dijo, tengo uno que te va a encantar, y realmente así fue”.
Le enamoró la sobrefalda de tul, el encaje, los adornos de las flores y las piedrecitas, el sutil color del interior en un color nude precioso. “Realmente me encantaba y me sigue encantando, era yo y era lo que me había imaginado”. Estefanía sí modificó el escote “me entendieron al hacer cambios en mi vestido con tan solo enseñarles un par de fotos, y me aconsejaron cuando me ponía cabezona en algunas cosas”.
Después de pedir los cambios en su vestido, pasó unos meses muy nerviosa y cuando llegó el día de la prueba, “no quería mirar y al probármelo me quedé realmente sorprendida”. No olvida lo bien que la trataron y está tan agradecida que no deja de recomendar a sus amigas, futuras novias, que vayan a la tienda de Valerio Luna de Málaga.
En ese día tan esperado, les acompañaba Travis, un golden retriever de casi 11 años. Con él, pegado a ella y en todo momento y con Víctor, no había motivos para pensar en otra cosa que en disfrutar. El encuentro entre los novios fue muy tierno y emotivo, de la mano de su padre, y de fondo su canción favorita. Estefanía recuerda “al cogerme la mano Víctor me dijo al oído, estás espectacular, en ese momento parecía que estábamos solos, me miraba y me decía estás preciosa, el vestido es un molde a tu cuerpo… estaba fascinado y yo con él”.
Toda la boda fue muy divertida y tierna en la que todos disfrutaron, aunque como siempre ocurre “todo se pasa muy rápido”.
Estefanía&Travis&Víctor, así se grabaron sus alianzas porque son 3 inseparables en una historia de amor basada en la confianza, sin permisos ni restricciones, y con la libertad de hacer lo que les gusta, juntos casi siempre.
Estefanía y Víctor, esperamos que seáis muy felices.
¡Nuestra más sincera enhorabuena!
Fotografías de Miguel Márquez