Por fin llegó el 2021, y esperando a que todo mejore, nosotros os seguimos contando historias bonitas de nuestras novias que se han casado en tiempos de Covid.
En esta ocasión, la boda de Cristina y Marco, dos madrileños que, tras cinco años de noviazgo decidían casarse el 16 de mayo de 2020. Sin embargo, tuvieron que posponer su enlace a septiembre, manteniendo la ilusión intacta porque deseaban celebrar su boda y vivir ese momento lleno de felicidad con sus seres más queridos.
Cristina nos relata que «fue una boda muy esperada y, a la vez, se vivió con incertidumbre hasta el último momento, debido a los cambios en las normativas por el Covid-19, pero por fin llegó el día y nos prometimos disfrutarlo todo al máximo».
El 16 de mayo, primera fecha elegida, amaneció lluvioso y con frío, sin embargo, el viernes 20 de septiembre, el día que pudieron elegir finalmente para darse el «sí quiero», lució el sol, sin demasiada calor. Una tarde perfecta para la que «todos los proveedores pusieron de su parte para este cambio y adaptarnos a la nueva situación y normas», nos cuenta Cristina.
Para este día tan especial y único, Cristina eligió el modelo Capricho, un vestido de novia de corte sirena, de la colección Mimí de Valerio Luna. Después de probarse infinidad de modelos en diferentes tiendas, llegó a la tienda de Valerio Luna, de la calle Castelló de Madrid, acompañada de su madre y su hermana, «las dos personas que más me conocen y me han acompañado en todo», nos confiesa.
Cristina llegaba con una idea clara, soñaba con un vestido de novia de estilo sirena y con mangas. Cuando se probó el modelo Capricho supo que era el suyo, que era lo que tanto había buscado, «me quedaba como un guante, con una espalda espectacular y diferente, por fin encontraba MI VESTIDO!»
En nuestra tienda de Valerio Luna de Madrid, Cristina y su familia se sintieron como en casa y muy emocionadas, gracias a nuestro equipo, que la animaron y atendieron amablemente a todas sus dudas. Sin ningún problema, personalizó su vestido de novia, acortando las mangas para que fueran francesas.
Esta boda tan esperada, comenzó con nervios, pasión y mucho sentimiento. Cristina nos explica que «mientras nos preparábamos para salir hacia la Ermita de la Virgen del Puerto, mis padres, mi hermana y yo empezamos a creer que de verdad habría boda, después de tanto cambio e incertidumbre». Un recuerdo que Cristina nunca olvidará fue el encuentro con su amado, «no tengo palabras para describir la entrada a la Ermita, con Marco, mi futuro marido, esperándome en el altar, estaba guapísimo e irradiaba felicidad».
Cuando deseas que llegue ese momento de tu vida para el que has depositado tanta ilusión y que has organizado con tanta energía, como es el día de tu boda, y por circunstancias ajenas, como la que vivimos en la actualidad, tienes que reestructurarlo y posponerlo, cuando llega, lo vives todo con más emoción. «Derramamos alguna que otra lágrima durante la ceremonia, sobre todo cuando nuestros hermanos nos dedicaron unas palabras. La celebración la disfrutamos como nunca, y el día pasó volando, nos quedamos con ganas de más. Repetiríamos sin dudarlo, porque fue uno de los días más felices de nuestras vidas».
A nosotros también nos emocionan las palabras de Cristina. Nuestra más sincera enhorabuena a Cristina & Marco, por muchos años de felicidad.
Fotografías: Pablo Cane
Vestido de Novia: Modelo Capricho de Valerio Luna
Maquillaje y tiara: Estilismo Ana Díaz.
Zapatos: Uniqshoes
Ramo: Silvosa Hermanos