Mónica lo tiene claro y así nos lo cuenta. Tras tener que posponer su boda por la pandemia, con Jose, su media naranja, por fin el 24 de julio, se dieron el “sí quiero” en Úbeda.
Mónica, nuestra nueva novia real, es una persona decidida, siempre con las ideas bastante claras, tenía en mente el estilo de novia que quería ser. Una decisión segura era quién la acompañaría a la elección de su vestido de novia, la mujer más importante de su vida, su madre, con la que está muy conectada. “Con tan sólo mirarnos a los ojos sabemos si tenemos en nuestra mirada lo que andamos buscando o no. No necesitamos a nadie. ¡Disfrutamos de esos momentos juntas y que nos quiten lo bailao!”.
Así, solo necesitó probarse dos modelos, de los que vio en el catálogo de Valerio Luna, para saber cuál era “el vestido de novia de su vida”. Cuando se probó el Modelo Cindy, se creo un clima especial, un momento maravilloso y único cuando al levantar la mirada hacia el espejo, se vio reflejada en él y observó la mirada de emoción de su madre. “Sentí eso que te dicen las chicas que se han casado de…¡este es mi vestido de novia!, suena muy tópico cuando te lo cuentan pero,… a mí me pasó. Cindy me llenó los sentidos. Era yo, era mi modelo de novia, me veía entrando a la Iglesia vestida así y de ninguna otra forma”.
Y es que el Modelo Cindy de Valerio Luna es un diseño que te deja sin palabras, que dibuja una silueta perfecta y muy femenina. Destaca, además, el escote infinito de la espalda, delimitado por unos delicados bordados, que dan paso a una espectacular cola. Mónica se enamoró de su elegancia, sencillez y a la misma vez su punto atrevido de novia “cool-clásica”. “Para la Iglesia quería ser una novia que llenara el altar con su cola tan señorial. Su caída daba un toque distinto a lo tradicional sin salirnos de la fuerza con que impacta esa caída”.
Cautivada por su vestido de novia al que define como “una delicia”, no puede dejar de describirlo “el acabado de las mangas es pura magia, el velo a juego, el escote delantero en forma pico con la banda floral debajo del pecho, aún recuerdo la sensación tan especial del primer día que me lo pude probar. En un parpadeo me enamoré del vestido de mis sueños”.
Más adelante, y debido a las veces que tuvieron que posponer la boda, decidió adquirir otro vestido de novia para el baile y el resto de la noche. Fue el Modelo Carina de Valerio Luna, “un diseño más arriesgado, y por qué no decirlo, ¡más sexy! Su espalda sensual, su raja… Ambos vestidos me identificaban al 100%. Y aquella tarde de julio junto a Jose, allí me encontré, era yo”.
Mónica recuerda el día de su boda tal y cómo lo había soñado. Una bonita tarde de verano, con un clima ideal y rodeada de los que más la quieren. “Me sentí cómoda, como en una nube. Soy bastante nerviosa y hasta que no me vi agarrada de la mano de Jose en el altar, no respiré hondo. Sentí que las personas que me querían, ese día lo demostraban con gestos de amor, exaltación de emociones, que no es muy típico en mi familia, ya que nos suele costar manifestar verbalmente que nos adoramos”.
Feliz e ilusionada nos confiesa que lo suyo “fue amor casi a primera vista, desde que nos conocimos en una reunión laboral, empezamos a conocernos y desde entonces hasta hoy. Hemos conseguido formar una bonita familia formada por dos personitas”.
Enhorabuena Mónica & Jose, que seáis muy felices por siempre.
Maquilladora: El sillón de Alejandra Echevarria
Peluquera: Carmen Torres Estilista
Fotógrafo: Carlos Martín Fotografía